REFLEXIÓN DE LA SEMANA

miércoles, abril 29, 2009

EL ALCOHOL Y EL VOLANTE


No todos los que llegan a beber una copa se consideran alcohólicos. El alcoholismo se divide en abuso y dependencia. El primer término indica atadura psicológica, es decir, la necesidad de consumir alcohol para el supuesto funcionamiento mental adecuado.

La dependencia abarca alteraciones similares junto con signos de mayor tolerancia (necesitar más alcohol para obtener el mismo efecto) o signos físicos de abstinencia alcohólica.

En la literatura médica de psicología y psiquiatría se menciona que el alcoholismo puede originarse por varios factores, entre los cuales pueden figurar personalidad predisponente, inmadurez o incapacidad de relacionarse.

Se cree que al consumir alcohol, la persona supera los trastornos, pero sólo origina serios problemas de salud como cirrosis, demencia y destrucción de los músculos del corazón. No sólo hay daños físicos, sino también hay afectaciones en el seno familiar.

Muchas personas piensan que la adicción a las drogas se debe a alguna enfermedad mental. La realidad es que la dependencia puede padecerla cualquier persona, tenga o no tenga enfermedad mental alguna, y debe ser tratada. Quien sufre la adicción debe aceptar que está enfermo y debe abstenerse de seguir consumiendo drogas o alcohol.

Y es que mientras no revierta el problema y aumente los niveles de consumo, se tiene más riesgo de morir por una sobredosis o en un accidente vial.

Los expertos recomiendan

Es importante que los padres acompañen a sus hijos pequeños en su aprendizaje sobre su entorno escolar, familiar y amistoso.
Los consejos emitidos por los especialistas en el tratamiento de adicciones refieren que se deben evitar los cuidados excesivos, pues los niños no necesitan que se les sobreproteja, porque serán dependientes, tampoco se les debe dejar solos, porque así tendrán miedo de la vida.
Los padres siempre deben preguntar y escuchar el punto de vista o versión de los hijos sobre las situaciones en donde se vea involucrado.

Los menores de edad se sentirán motivados si los padres muestran una actitud de interés por ellos, sus logros y actividades

fuente:http://eleconomista.com.mx/node/180637

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